Me
levanté con un latido suspendido en el tiempo y el espacio.
Y
ahí estabas tú, etéreo en el reflejo de mi vida.
¿Qué
veo? Un fantasma. Apenas el eco de tu presencia ocupando mi memoria.
¿Mas
cómo te olvido, si en cada rincón de mi alma te hallo recostado
y
la voluntad no me basta y se me olvida que tengo que olvidarte?
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